Las horas pasan lentamente como el desfile de un entierro.
Ahora hace falta recoger los trozos de prudencia, aunque siempre nos falte alguno; recoger la vida vacía y caminar esperando que lentamente se llene, si es posible otra vez, como antes, de sueños desconocidos y deseos invisibles.
Entreveía la posibilidad de helenizar a los bárbaros, de atizar a Roma, de imponer poco a poco al mundo la única cultura que ha sabido separarse un día de lo monstruoso, de lo informe, de lo inmóvil, que ha inventado una definición del método, una teoría de la política y de la belleza.
poco a poco Dios nos quita la belleza humana: poco a poco el árbol joven se marchita. Ve y recita: Todo cuanto está dotado de vida, acabará pereciendo. No te enamores de los huesos, busca el espíritu.