La debilidad clásica, casi congénita, de la conciencia nacional de los países subdesarrollados no es sólo la consecuencia de la mutilación del hombre colonizado por el régimen colonial. Es también el resultado de la pereza de la burguesía nacional, de su limitación, de la formación profundamente cosmopolita de su espíritu.
A veces la mutilación puede ser una ventaja.
La tala de bosques primitivos y otros desastres, impulsados por las demandas de la creciente población humana, son la amenaza primordial de la diversidad biológica en todas partes
Un hombre no es un hacha. No es una condenada herramienta que corta, tala y destroza todo el día. Las cosas le llegan. Hay cosas que no puede desprender porque las lleva dentro.