Los políticos se han convertido en una casta para sí misma, unos profesionales de la nómina
Cada cañón que se hace, cada buque de guerra que se echa al agua, cada cohete que se lanza, significa, a fin de cuentas, que se está robando de los que tienen hambre y no están siendo alimentados. Este mundo armado no solo está gastando dinero. Está gastando... las esperanzas de los niños.
Y al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa, como pórtico de vieja catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil.
Quizás los españoles deberían jugar un poco más a las cartas, al menos así se relajan. Pero 'da por culo' perder también a las cartas. Pero yo creo que los españoles deberían hacerse un examen de conciencia y pensar que si van detrás y no están delante en la clasificación no es por culpa mía, por mi adelantamiento, sino porque quizás deberían hacer menos tonterías y dar un poco más de gas.
El 'Balón de Oro' se lo hubiera dado a Raúl y en la clasificación estarían Rivaldo y Figo
Ningún juego te hará olvidar: tu alma es una máquina fría, un lúcido registro
Mi esperanza es que la democratización del intercambio de conocimiento a través de la eficiencia en costos de internet más la criptografía, continuará y terminará con un registro histórico global que sea riguroso e indeleble. Y esto permitirá formas inmediatas de justicia que antes no estaban a disposición de la gente.
Las crisis obligan un poco a lo que es una de las partes más sensibles de la sociedad, los que son los artistas justamente, a pensar y a pensarse, a pensar su país, a pensar su papel y su rol en todo esto, las transformaciones del mundo y todas estas cosas.
El rol del terapeuta consiste más en guiar usando los procesos naturales que funcionan permanentemente en la persona.
Los derechos humanos son un repertorio de elementos normativos que se han sustraído al juego de las mayorías.
La educación nos inculca desde el nacimiento un repertorio de emociones ya hechas: no sólo lo que nos es permitido o no sentir, sino cómo se han de sentir las pocas emociones que nos son permitidas.
Desde que Freud lo inventó, se ha discurseado largamente sobre la edad ideal para emprender un análisis: siempre y ahora mismo, tan pronto como el sufrimiento y el deseo exijan la urgencia. La perspectiva de morir menos idiota, por si misma, debería hacer tabla rasa de toda vacilación.
El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito.