La indiferencia es una forma de pereza, y la pereza es uno de los síntomas del desamor. Nadie es haragán con lo que ama.
La alegría es, ante todo, fomento de la salud.
...Estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche competitividad y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia...