Ustedes, señores políticos, y ustedes, señores criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación.
Amo con amor de ternura a la raza indígena, por lo mismo que he observado de cerca sus costumbres, encantadoras por su sencillez, y la abyección a que someten esa raza aquellos mandones de villorrio, que, si varían de nombre, no degeneran siquiera del epíteto de tiranos. No otra cosa son, en lo general, curas, gobernadores, caciques y alcaldes.
El poeta es una expresión de su tiempo, de su mundo, y el poema un dictado de los mismos, muchas veces contra su voluntad, porque tiene que abandonar las rosas, lo consolador.
Creo que la conciencia es fundamental. Creo que todo asunto deriva de la conciencia. Todo lo que hablamos, todo lo que consideramos como existente, es dictado por la conciencia.
Toda cualidad del espíritu que es útil o agradable a la propia persona o a otras, proporciona un placer al espectador, suscita su estimación y es admitida bajo la honrosa denominación de virtud o mérito
...el primer cuerpo es uno distinto de la tierra, el fuego, el aire y el agua, llamaron éter al lugar más excelso, dándole esa denominación a partir del hecho de desplazarse siempre por tiempo interminable.