Los hombres geniales son meteoros destinados a abrasar para iluminar su tiempo.
¡Menudo progreso hemos logrado! En la Edad Media, me hubieran quemado. Ahora les basta con quemar mis libros.
Hay peores cosas que quemar libros, una de ellas es no leerlos.
Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar.