Hoy el mundo se ha transformado en una inmensa carpa de cristal sin salida alguna y nuestra condena consiste en no poder abandonar nunca el tendido y estar obligados a consumir, repetir, comentar y reproducir inexorablemente las imágenes idiotas, violentas y anodinas, que nos sirve la historia a través de un laberinto de espejos.
Todo lo profundo es también sencillo y se puede reproducir simplemente, siempre y cuando su referencia a toda la verdad se mantenga. Lo que importa no es que sea ingenioso sino que sea cierto.
En otras palabras, una de las principales líneas de fuerza de las antiguas formas de consumo conspicuo consistía en frustrar cualquier intento del populacho por emular a las clases superiores.
El esfuerzo de utilizar las máquinas para emular el pensamiento humano siempre me ha parecido bastante estúpido. Preferiría usarlas para emular algo mejor
Si nuestro estudio versa sobre un objeto de anatomía, historia natural, etc,, la observación correrá pareja al dibujo; porque, aparte de otras ventajas, el acto de copiar disciplina y robustece la atención, obliga a recorrer la totalidad del fenómeno estudiado, y evita, por tanto, que se nos escapen detalles frecuentemente inadvertidos en la observación ordinaria.
Los escritores no te dejan copiar su estilo, si acaso su libertad.
El diseño se relaciona con circunstancias, está emparentado al lenguaje. Y el lenguaje mismo vale tanto como su capacidad de reproducir circunstancias. Su eficacia consiste en poder reproducir incluso aquellas circunstancias que antes no había llegado a expresar.
Un original es una creación motivada por el deseo. Cualquier reproducción de un original se basa en la necesidad de motivación. Es maravilloso ser la única especie que crea formas gratuitas. Crear es divino, reproducir es humano