No tiene importancia que maldigamos al vecino, siempre que no nos admiremos a nosotros mismos.
Pues siempre que la repetición de un acto u operación particular produce una propensión a renovar el mismo acto u operación, sin estar impelido por ningún razonamiento o proceso del entendimiento, decimos siempre que esta propensión es el efecto de la costumbre.
Quizá la clave para ser realmente libre sea reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites.
En el fondo soy una buena chica. Pero también puedo ser una bruja. Soy una persona muy perfeccionista y tengo que soportar mucha presión. A veces, cuando quieres conseguir algo no tienes más remedio que ser una auténtica bruja.