-LA obstinación en vegetar cobardemente debería inspirar a la sociedad un desprecio profundo.
La obstinación es el sucedáneo más barato del carácter
La perseverancia constituye las nueve décimas partes de cualquier arte...Aunque no sirva de mucho ser nueve décimas partes de artista, por supuesto.
Los pensamientos son cosas, cosas muy poderosas cuando se combinan con la exactitud del propósito, la perseverancia y un imperioso deseo de convertirlas en riqueza, o en otros objetos materiales
No debemos tomar la terquedad de nuestros prejuicios como valor para defender nuestras opiniones.
En México, todavía, el valor de caudillos, mártires, artistas notables y valores del hogar sólido se determina por el número de estatuas que consiguen, y por la mezcla de terquedad y docilidad con que monumentos y bustos aceptan el avance omnívoro de lo urbano. Y que se cuiden los iconoclastas. Ya lo advirtió Jean Cocteau: El riesgo de un destructor de estatuas es convertirse en una.
La manía de hablar siempre y sobre toda clase de asuntos es una prueba de ignorancia y de mala educación, y uno de los grandes azotes del trato humano
Lo que libera a la metáfora, al símbolo, al emblema de la manía poética, lo que manifiesta la fuerza de la subversión, es el disparate, ese atolondramiento que Fourier supo poner en sus ejemplos, desdeñando todo decoro retórico. El porvenir lógico de la metáfora sería pues el gag.
Una de las satisfacciones de un genio es su energía y obstinación
La diferencia entre perseverancia y obstinación es que una viene de una fuerte voluntad, y el otro de un fuerte no.
La perseverancia constituye las nueve décimas partes de cualquier arte...Aunque no sirva de mucho ser nueve décimas partes de artista, por supuesto.
Atreverse es lanzarse a triunfar con tal perseverancia hasta llegar a la cima.
No debemos tomar la terquedad de nuestros prejuicios como valor para defender nuestras opiniones.
..., cuando un hombre, por causa de su aspereza natural, pretende retener lo que, siendo superfluo para él, es necesario para los demás, y, debido a la terquedad de sus pasiones, no puede corregirse, habrá de ser expulsado de la sociedad por constituir un peligro para ella.