La débil comprensión humana no puede quedar satisfecha al concebir a su Dios como un puro espírtu y una inteligencia perfecta.
Los feos simios que se autodenominan seres humanos poco pueden hacer excepto echarse a correr y esconderse. En cuanto a estos simios, el mero hecho de concebir la posibilidad de estabilizar dicha atmósfera revela una increíble arrogancia. Son incapaces de controlar el clima.
Todo lo que existe puede concebirse solo, o no puede concebirse solo. No hay término medio, pues las dos proposiciones son contradictorias. Ahora bien, todo lo que podemos concebir solo, sin pensar en algo más, como existiendo independientemente de otra cosa, o sin que la idea que tenemos de ellos represente nada más, es sin duda un ser o una sustancia.
Arquitectos, pintores y escultores deben volver a conocer y concebir la naturaleza compuesta de la edificación en su totalidad y en sus partes.