Conocerás la naturaleza etérea y, también en el éter todas las señales y los efectos destructivos de la pura y clara antorcha del sol y de dónde se han engendrado.
La belleza es un hiriente estremecimiento del corazón, una vida plena en el alma, y una locura de amor que hace flotar al espíritu en su éter hasta hacerlo abrazar los cielos.
Con pensamientos claros y limpios y la práctica del bien seréis hombres transparentes y justipreciados, como el agua de las fontanas de las altas montañas, como el rocío que desciende del firmamento y se acuna y brilla en la mañana, como el diamante que resiste duros golpes y continúa impertérrito irradiando esplendores y venciendo las agresiones de la sombra y la tiniebla.
Sabes que el amor se nos alborota, libre como las gaviotas que hasta el corazón vuela al son, es el firmamento que ven dos locos que se miran a los ojos y del corazón brilla el sol.