Con mis propios ojos he visto yo mismo cómo lo llevaban con pompa sobre sus hombros los príncipes, y cómo lo adoraba todo el pueblo de rodillas a lo largo de las calles.
Mi corazón latía atónito y disperso...¡El limonar florido, el cipresal del huerto, el prado verde, el sol, el agua, el iris! ¡el agua en tus cabellos!... Y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón al viento