Todo en mí se abre, se asombra; me late el corazón; una sobreabundancia de vida me sube a la garganta como un sollozo. Ya no sé nada; es una vehemencia sin recuerdos y sin arrugas.
La obstinación y la vehemencia en la opinión son las pruebas más seguras de estupidez.
Todas esas horas pasadas cada mañana, durante tantos años, buscando ideas, han salvaguardado en mí un vigor intelectual del que yo no disfrutaría hoy si hubiera continuado a pintar paisajes y acuarelas, algo que puedo realizar tan cómodamente, como sin pensar.
La mayor parte de las mujeres sólo quieren al hombre por su vigor físico y por su debilidad moral
Más allá del acero y en mi contra el mundo entero, dicen que nunca es tarde para empezar de nuevo.
De Itabira traje prendas diversas que ahora te ofrezco: este San Benito del viejo santero Alfredo Duval; esta piedra de hierro, futuro acero del Brasil; este cuero de anta, extendido en el sofá de la sala de visitas; este orgullo, esta cabeza baja...
En el jardín el arquitecto invita al reino vegetal a colaborar con él. Un jardín bello es presencia permanente de la naturaleza. Por la naturaleza reducida a proporción humana y puesta al servicio del hombre, es el más eficaz refugio contra la agresividad del mundo contemporáneo.
Los que se enzarzan en una competencia de agresividad pierden su razón y, lo que es más evidente, su fuerza. El que está seguro de algo no tiene que levantar la voz ni exaltarse.
La cortesía es como el aire de los neumáticos: no cuesta nada y hace más confortable el viaje.
Desde la J una y otra vez, MC's vienen y se llevan trozos de pared como un souvenir, venid, MC's, decid que si, que allí esta Kase, por fin os da su rap, mas guay que guay, flipáis, botáis, gritáis, y como yo sin aire os quedáis
En nuestro tiempo, entre comunistas y fascistas, hay una gran sinpatía por los burócratas y un fondo de animosidad contra los que no lo son.
Sólo hay una cosa que define una acción como buena o mala: si aumenta la cantidad de amor en el mundo, es buena. Si separa a las personas y crea animosidad entre ellas, es mala
Amad pues la Razón: tan sólo en ella han de buscar vuestros escritos su brillo y su valor. La mayoría de los escritores se deja arrastrar por un ardor insensato a buscar sus ideas lejos del sentido común. ¿Creerán tal vez rebajarse en sus versos monstruosos, si pensasen lo que otro ya pensó? Evitemos estos excesos y dejemos para Italia la deslumbrante locura de las falsas pedrerías
La tierra es un bien irremplazable, un fluido feliz, un toque absorto. Como una tentación sin precedentes hecha a la vez de ardor y de renuncia. Una inmersión gustosa, un filtro lento.
Maldecid a los descontentos, vosotros los que amais la estabilidad del hongo; el descontento es el nervio más poderoso del progreso.
Lo mismo da el modo que sea estimulado el ojo, bien sea por choque, golpe, presión, galvanización o por estímulos que le son transmitidos simpáticamente desde otros órganos, a todas estas causas (...) siente el nervio de la luz su afección como sensación de luz, aun cuando se halle en reposo en la oscuridad.
El programa sigue siendo este: combatir. Para nosotros los fascistas, la vida es un combate continuo e incesante, que aceptamos con una gran desenvoltura, con un gran valor. Con la intrepidez necesaria
Sus alcoholes te removían cualquier mancha en el alma. Tenías reacciones al primer sorbo: la boca tenía vida propia, un brazo se estiraba por sí mismo, el hígado te reclamaba a gritos en el oído, un ojo parpadeaba cinco veces seguida.
Me tomé cuarenta y cinco mil litros de tequila y aún puedo donar mi hígado
Sin tener qué decir, pero profundamente destrozado, mi espíritu vacío llora su desventura de ser un soplo negro para las rosas blancas, de ser un agujero por donde se destruye la risa del amor, cuyos dos labios son la mujer y el hombre.
Lo supremo para el espíritu es saberse, llegar no sólo a la intuición, sino al pensamiento de sí mismo.
Una mujer virtuosa tiene en el corazón una fibra de menos o una de más que las otras mujeres: o es estúpida o es sublime.
Nuestra propaganda busca en definitiva, a los seres que forzados a vivir en sociedad no se sienten ligados a ella ni por la más ligera fibra del corazón, y por célula alguna del cerebro.
La vida es una fuente de salud, pero esa energía surge sólo donde concentramos nuestra atención. Esta atención no sólo debe ser mental sino también emocional, sexual y corporal. El poder no reside ni en el pasado ni en el futuro, sedes de la enfermedad. La salud se encuentra aquí, ahora.
La violencia acaba por aburrirlo y reconoce que es mejor emplear la energía humana en la creación que en la destrucción.
Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas.
No sabemos amar... No está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios...
Esa marometa que da el chiquillo en el aire expresa en un solo acto toda la alegría y la magnificencia de vivir.
La tierra, por la magnificencia de sus horizontes, las frescuras de sus bosques y la pureza de sus fuentes, ha sido y continúa siendo la gran educadora y no ha cesado de llamar a las naciones a la armonía y a la conquista de la libertad.