Estaba guapísima. De verdad. Llevaba un abrigo negro y una especie de boina del mismo color. No solía ponerse nunca sombrero pero aquella gorra le sentaba estupendamente. En el momento en que la vi me entraron ganas de casarme con ella. Estoy loco de remate. Ni siquiera me gustaba mucho, pero nada más verla me enamoré locamente.
Un día Bruno le preguntó por qué todos los que vivían al otro lado de la alambrada llevaban el mismo pijama de rayas y la misma gorra de tela. -Fue lo que nos dieron cuando llegamos aquí -explicó Shmuel-. Y se quedaron toda nuestra ropa.
Estaba guapísima. De verdad. Llevaba un abrigo negro y una especie de boina del mismo color. No solía ponerse nunca sombrero pero aquella gorra le sentaba estupendamente. En el momento en que la vi me entraron ganas de casarme con ella. Estoy loco de remate. Ni siquiera me gustaba mucho, pero nada más verla me enamoré locamente.
Osea, que para que un sodomita se suba a una carroza con un tanga y una gorra de las SS, si vamos a abrir el metro