A veces me preguntan por mis memorias. ¡Por favor! Mis memorias caben en dos líneas: 'Ibáñez fue un gilipollas que trabajó, trabajó y trabajó'.
La historia es un puro engaño; permanece tal como la maquilló y amañó algún gran escritor. Aun si halláramos unas memorias que demostraran hasta la evidencia que Tácito sólo escribió imposturas al contar las virtudes de Agrícola y los vicios de Tiberio, Agrícola y Tiberio seguirían siendo tal como los hizo Tácito.