La ambulancia está tardando, dijo uno de ellos. Ya mero llega, dijo el policía. Bueno, dijo uno de los ejecutivos, usted se encarga de todo, ¿Verdad? El policía dijo sí, cómo no, y se guardó el par de billetes que le tendió el otro en el bolsillo de su pantalón reglamentario.
Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga- pero soy todo lo contrario del prestidigitador común. Éste, les brinda a ustedes una linda ilusión con las apariencias de la verdad. Yo, les doy la verdad con las gratas apariencias de la ilusión.