Es necesario decir la verdad aun a riesgo de ser desagradable: el corazón se engaña como la inteligencia; sus errores no son menos funestos; y es más difícil evitarlos porque la hermosura los envuelve.
Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva ¡Tarde te amé! Tu estabas dentro de mí y yo fuera , y por fuera te buscaba
Los cementerios siempre han tenido un atractivo para mí. Ellos están bien mantenidos, libres de ambigüedad, lógicos, viriles, y vivos.
La Sencillez hacia el exterior corresponde a los hombres ordinarios, como un vestido hecho a media para ellos, pero sirve como un adorno a los que han llenado su vida con grandes hechos: se podría comparar con un poco de belleza descuidadamente vestida y con ello todo el atractivo más.
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
Ni ve que su mismo fuego presto su beldad destruye, y que donde el goce empieza el placer allí sucumbe
Dios nos envía a esos niños y nos concede la gracia de acogerlos; ya nos enviará con qué alimentarlos.
Cuando el muerto llora, es señal de que está en vías de curación, dijo solemnemente el cuervo. Siento mucho contradecir a mi ilustre amigo y colega, replicó el mochuelo, yo creo que cuando el muerto llora es señal de que no le hace gracia morirse.
Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños.
Si la perfección no fuera quimérica, no tendría tanto éxito.
Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese sentido yo soy religioso
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Vinieron casualmente a mis manos unas escrituras bárbaras, más antiguas que las doctrinas de los griegos y, si a los errores de éstos se mira, realmente divinas. Y hube de creerlas por la sencillez de su dicción, por la naturalidad de los que hablan, por la previsión de lo futuro, por la excelencia de los preceptos y por la unicidad de mando en el universo
Se ha alcanzado la excelencia como líder cuando la gente lo sigue a uno a todas partes, aunque sólo sea por curiosidad.
De las altas estrellas desciende un esplendor que incita a ir tras ellas y aquí se llama amor. No encuentra el corazón nada mejor que lo enamore, y arda y aconseje que dos ojos que a dos astros semejen.
Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.
La opinión pública y la libertad de imprenta son la espada flamígera del querubín que vela sobre el árbol de la libertad.
Descubrió que el verdadero sentido del arte no era crear objetos bellos. Era un método de conocimento, una forma de penetrar en el mundo y encontrar el sitio que nos corresponde en él, y cualquier cualidad estética que pudiera tener un cuadro determinado no era más que un subproducto casual del esfuerzo de librar esta batalla, de entrar en el corazón de las cosas.
La ética es lo fundamental de la estética
La elegancia es fuerza contenida.
Tal como un hombre inteligente no teme parecerle tonto a otro hombre inteligente, el hombre elegante no tendrá miedo de que su elegancia pase inadvertida al gran señor, sino al patán. Las tres cuartas partes de los alardes de ingenio y mentiras vanidosas que los hombres han prodigado, rebajándose, desde que el mundo es mundo, iban dirigidas a inferiores.