Sus dedos exploraron felices toda mi espalda con delicadeza, suavemente, y poco a poco convirtieron mi piel en una barra libre de sensaciones deliciosas. Estaba conmovida. Hundí la cara en la almohada para ocultar mi éxtasis y mis lágrimas.
Los héroes pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellos. Se sientan en la terraza de un bar, se sujetan a la barra del metro o hacen la cola en la oficina del paro, como tantos.
Lo que nos une es que ambos hayamos bajado el listón en nuestras expectativas de la vida.
Sonny Liston no es nada. El hombre necesita lecciones de boxeo. Y puesto que él va a pelear conmigo,necesita lecciones de caer!