Como de gavilán pasó tu sombra, rápida por el suelo de mi alma; y te reconocí y estremecíme, que es gloria verte aun sólo de pasada, aun sólo en sombra rápida.
Me sentía desnudo en un extraño mundo. Experimenté lo que quizá experimenta un pájaro en el aire claro, cuando sabe que el gavilán vuela y quiere precipitarse sobre él. Mi pavor se tornaba frenético.
Porque aquí, en la tumba, era donde vivía de verdad, es decir, pasaba sentado más de veinte horas diarias sobre la manta de caballerías en una oscuridad total, un silencio total y una inmovilidad total, en el extremo del pétreo pasillo, con la espalda apoyada contra la piedra y los hombros embutidos entre las rocas, por completo autosuficiente.
Debajo de una manta ni la hermosa asombra ni la fea espanta
Cuando un saltamontes concentra sus energías para saltar, no sabe donde aterrizará.
Los saltamontes gorgojean en las mangas de un espantapájaros.
Me sentía desnudo en un extraño mundo. Experimenté lo que quizá experimenta un pájaro en el aire claro, cuando sabe que el gavilán vuela y quiere precipitarse sobre él. Mi pavor se tornaba frenético.
Como de gavilán pasó tu sombra, rápida por el suelo de mi alma; y te reconocí y estremecíme, que es gloria verte aun sólo de pasada, aun sólo en sombra rápida.