Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jámas para él
Es posible que la frase dictadura del proletariado no tenga sentido alguno. Tanto valdría decir; la omnipotencia de los conductores de autobús. Es evidente que si un conductor fuese omnipotente, no conduciría un autobús.
Recogía a Miguel todos los días a las 6:15 a.m. en Santa Librada, ya que el vivía en La Loma de la Cruz, gracias a un cuarto que le pagaba la Escuela Carlos Sarmiento; llegábamos tipo 7:00 a.m. al colegio, a las 12:40 p.m. salíamos y lo dejaba en su casa a la 1:30 p.m. Luego nos veíamos de nuevo a las 3:00 p.m. en las canchas panamericanas. Fui su chofer durante 10 meses. Reynaldo Rueda.
Chico: Un coche y un chófer cuestan demasiado. He vendido mi coche. : Groucho: ¡Qué tontería! En su lugar, yo hubiera vendido el chófer y me hubiera quedado con el coche. : Chico: No puede ser. Necesito el chófer para que me lleve al trabajo por la mañana. : Groucho: Pero, ¿cómo va a llevarle si no tiene coche?. : Chico: No necesita llevarme. No tengo trabajo.
Una pequeña nave espacial del tipo Mérida, indemne al parecer, parecía bailar una extraña jiga en el vacío. Una breve inspección realizada por ordenador reveló que la nave se encontraba en buenas condiciones; su ordenador funcionaba, pero el piloto estaba loco.
Después de verlo ganar en Valencia puedo decir que es el piloto con más talento que he visto con mis ojos en una pista