Este aforismo deslumbrador que yo lancé hace bastantes años a la circulación ha tenido tanto éxito que yo mismo me he visto obligado a elogiarlo varias veces: todas las que lo he visto publicado con la firma de otro escritor cuidadosamente puesta debajo
Yo solo firmo algo cuando lo transformo; tomo lo que no me gusta y lo transformo, entonces pongo mi firma en ello.