Yo no pido que las cosas me salgan siempre bien pero estoy harto de perderte sin querer
No hay noticias de España. ¡Ah, si yo tuviera barco! ¡Ah, si supiese volar! Pero apenas tengo un canto, ¿y de qué vale? El poeta, inmóvil dentro del verso, cansado de vana encuesta, harto de contemplación, quisiera hacer del poema no una flor: una bomba y romper con esa bomba el muro que envuelve a España.
El corazón que está lleno de miedo, ha de estar vacío de esperanza.
Luego miré mi corazón y vi un mundo lleno de maravillas: los restos del amor, las tristezas, alegrías y enfados, las imágenes de los seres queridos, de los compañeros y de los enemigos, por los que había dejado a un lado el romanticismo y la gloria para demostrar mi valor en las guerras de Zahi y Nubia.
Sospecho, sin embargo que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
Con el corazón repleto de verdades como rocas.Con mi boca repleta de habilidades, como pocas. Con mi vida escrita en verso en ciudades que sólo ponen dieces como notas
Quien huye de la vida es porque ama demasiado a la vida. Los hombres vulgares creen que un filósofo es un hombre de alma árida. Todo lo contrario. ¿Cómo puede analizar la vida el que no tiene el corazón repleto de vida? ¿Cómo puede conocer las pasiones, y los deseos, y los movimientos del alma, el que no tenga un alma atormentada?
Dar es algo que no tiene nada que ver con el sacrificio, con el sentido del deber o con cualquier idea de espiritualidad, sino con el puro placer de dar, porque es un acto alegre que sólo puede proceder de un lugar pleno de amor.
Hay que dejar de ser bocado en el momento en que se alcanza el pleno sabor; esto lo saben todos los que desean ser amados durante largo tiempo.
¡Qué delicioso alborozo sentía correr por mis venas, cuan agradablemente todo mi ser respondía a las vibraciones y efluvios de aquel día gris saturado de una esencia primaveral, que en sí parecía lenta en percibirse!
Pensamos que ya era tiempo de ser románticos, y entonces confeccionamos un paisaje ad-hoc, saturado del más puro idealismo, y barnizamos la luna de melancólico color.
A la humanidad le espera un infierno. Un infierno de planeta, desértico y sin agua, y atestado de gente. Esa paradoja es desesperante. Ahí se entenderá en toda su magnitud la frase de Sartre sobre que el infierno son los demás
Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
Pensamos que ya era tiempo de ser románticos, y entonces confeccionamos un paisaje ad-hoc, saturado del más puro idealismo, y barnizamos la luna de melancólico color.
A la humanidad le espera un infierno. Un infierno de planeta, desértico y sin agua, y atestado de gente. Esa paradoja es desesperante. Ahí se entenderá en toda su magnitud la frase de Sartre sobre que el infierno son los demás
Sin embargo, todos estos incidentes exteriores carecían por completo de importancia en comparación con el único hecho significativo (...): estábamos encerrados.
En lugar de tratar de usar obstinadamente surrealismo con fines de subversión, hay que tratar de hacer algo de surrealismo como sólido, completo y clásico como las obras de los museos
¿Qué animal es ese que tanto quieres? -Es Toto, mi perro. ¿Es de hojalata o está relleno de paja? -Ninguna de las dos cosas. Es un...Un...Perro de carne y hueso. ¡Vaya! Es un animalito raro y, ahora que lo miro bien, bastante pequeño. Sólo a un cobarde como yo se le ocurriría morder a un animalito tan pequeño manifestó el León con acento apenado.
Como muñecas mecánicas se puede ver el mundo con ojos de porcelana y dormir año tras año, en una caja de terciopelo entre paletas y tul con el cuerpo relleno de paja se puede, a cada escandalosa caricia, sin ninguna razón gritar: ¡Oh, que feliz soy!
El líder que reclama todos los honores por el trabajo de sus seguidores, seguramente encontrará resentimiento. El verdadero líder no reclama ninguno de los honores. El está satisfecho de ver los méritos cuando los hay, va hacia sus seguidores porque él sabe que los hombres que más trabajaran serán por elogios y reconocimiento que sólo por el dinero.
Ustedes saben que yo escribo lentamente. Esto es principalmente porque nunca estoy satisfecho hasta que os he dicho todo lo posible, en pocas palabras; escribir en forma breve toma mucho más tiempo que escribir largo y tendido.