Hablar es el arte de sofocar e interrumpir el pensamiento.
Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo.
Es realmente impresionante qué porquería de sistema es el capitalismo, que no le puede garantizar ni a su propia gente empleo, no le puede garantizar salud, la educación adecuada; que no puede impedir que la juventud se corrompa con las drogas, con el juego, con los vicios de todas clases.
Lo horrible de este mundo es que buscamos con el mismo ardor el hacernos felices y el impedir que los demás lo sean.
¡Ah, qué suaves son tus labios! El beso que acabamos de atrapar es tierno y majestuoso como un gran árbol con un follaje nuevo.
El pensamiento dualista es una enfermedad. La religión es una distorsión. La existencia es cruel. La espiritualidad es irreal. Pasar las cuentas de un rosario no es más sagrado que simplemente respirar, los hábitos religiosos no son más espirituales que la ropa de trabajo. Si deseas alcanzar la unidad con el Tao, no te dejes atrapar en superficialidades espirituales
Me gusta agarrar una gallina y hacerle una pequeña incisión, para luego pasarla por todo el lugar y dejarlo lleno de sangre de pollo.
Tal vez todo lo demás, la cautela, la sabiduría, la cordura, la inteligencia, no valga ni un comino porque no está enardecido por la loca pasión de la juventud, ese extraño deseo que pretende salvar el mundo y al mismo tiempo consumirse a sí mismo, que quiere agarrar con las dos manos todo lo que el mundo le ofrece y que a la vez arroja a puñados todo lo que la vida le regala.
...: el silencio que los jóvenes han de guardar ante personas de más edad; cómo han de hacer que se sienten y levantarse ellos en su presencia; el respeto de los propios padres; y también el modo de cortarse el pelo, de vestir y calzar,el pergeño general del cuerpo y, en fin, todo cuanto hay de semejante a esto. ¿No te parece?
Para cortarse el pelo bastan dos minutos, pero para hacerlo crecer así hacen falta más de dos años
Disfruto de aquella alegría que no hace avergonzarse a los amigos uno del otro al día siguiente.
Hay que avergonzarse de cometer una falta, no de repararla.