La poesía a la que Sócrates decía que los dioses le habían aconsejado consagrarse debe ser cultivada en cautiverio, en las enfermedades y en la vejez. Es ésta la que deleita a los moribundos.
Guiador es quien me ha hecho ver que no puedo hacer eso, al tiempo que me ha aconsejado poner lo experimentado en palabras, y me ha ayudado a ello.