No concibo mi vida más que como un encadenamiento de muertes sucesivas. Arrastro tras de mí los cadáveres de todas mis ilustraciones, de todas mis vocaciones perdidas.
Toda experiencia directa es cualitativa, y las cualidades son lo que hacen directamente valiosa a la experiencia de la vida misma. Sin embargo la reflexión va tras de las cualidades inmediatas porque se interesa con las relaciones y desdeña el aparato cualitativo.
Un pequeño saber no puede equipararse a uno grande. Ni una corta vida a una larga existencia. ¿Cómo se sabe que esto es así? El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias.
El mal no es nunca radical, sólo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie.