Si reinase la justicia bastaría con haber construido nuestra casa y no se necesitaría otra protección que la del derecho público de propiedad. Pero como lo que está a la orden del día es la injusticia, se exige que quien ha construido su casa esté también en condiciones de protegerla; de lo contrario, es incompleto su derecho a ella y el agresor tiene derecho a la fuerza bruta.
Gandhi decía que el no violento no puede tratar con neutralidad a las partes de un conflicto violento: el agresor es el enemigo, el agredido es el amigo, aunque sea violento. Yo he intentado toda la vida luchar por la vía no violenta. Sin embargo declaro aquí y lo digo bien alto por si me escucha algún policía o fiscal: me declaro enemigo del estado español y amigo de ETA y de Batasuna.