Los problemas no sólo desaparecen cuando uno los soluciona, sino cuando aparece otro mayor. A uno le deja de doler la cabeza, si le duele la muela. Ahora, esperemos que nos deje de doler la cabeza, sin que nos duela la muela.
Javier.- No tengas miedo a la verdad: puede doler mucho, pero es un dolor sano.
La prudencia que sabe retractarse es una de las formas del arte de gobernar