enojarse es fácil, pero enojarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de sabios
En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos.
Las cuerdas que en su vibrar producen dulces placeres, son las mismas que estremecen con sus notas de tristeza.