El arte y la ciencia tienen dos atmósferas distintas. En ésta se necesita una mayor dosis de libertad que en aquél. Desde luego, el arte funciona con elementos más fatales y menos libres, las impresiones y las pasiones; y desde que busca a priori un orden y una armonía, va hacia una sujeción. La ciencia no soporta otro yugo que el de la verdad.
No menos repercusión y alcance tendrá nuestro triunfo del 16 de febrero sobre la lucha de los obreros y masas populares de Portugal, que gimen bajo el yugo de la dictadura de Oliveira Salazar.
Cuando en mi devastado país la primavera decida que ya es tiempo de florecer de nuevo, tendrá el abono de la osamenta humana que dispersó en todos lados la danza de la muerte.