Los americanos, todos: del norte al Sur, pasando por el Centro y por el Caribe, debemos reencontrarnos con el sueño originario del Nuevo Mundo que llenó de esperanzas a la humanidad
Si un marinero es mar, rubio mar amoroso cuya presencia es cántico, no quiero la cuidad hecha de sueños grises; quiero sólo ir al mar donde me anegue, barca sin norte, cuerpo sin norte hundirme en su luz rubia.