El que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio.
Apresurarse demasiado a corresponder un favor constituye una especie de ingratitud.
Nuestra labor ha sido juntar estos fragmentos de la verdad que han estado esparcidos por largo tiempo y presentarlos al pueblo del Señor, no como nuevos, ni como nuestros, sino como del Señor. No debemos atribuirnos siquiera el haber hallado y puesto en orden nuevo estas gemas de la verdad
Amo el idioma español y pienso que es un poco parecido al alemán, notablemente porque ambos lenguajes tienen la misma pronunciación de la letra r. Podemos juntar ambos lenguajes como uno mismo. - Till Lindemann refiriéndose al idioma Español.