Un lío de la Madona.
Había sido honrado, cabal como una escalera de póquer del as al cinco, hasta que se lió con la bofia. Se convirtió en uno de ellos. Su mujer agotó la paciencia y le abandonó.
Un hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta a la amistad
La amistad vieja es como el vino viejo, que cuanto más añejo más fuerte es.