Afganistán es atacado por un dragón satánico de tres cabezas: los bandidos locales, las fuerzas reaccionarias de la región y el imperialismo mundial encabezado por Estados Unidos.
La función de la Inteligencia es creadora. No debe, por ende, conformarse con la subsistencia de una forma social que su crítica ha atacado y corroído tan enérgicamente.