El ofendido muchas veces sabrá perdonar, pero el ofensor jamás perdona.
El tiempo cura las penas y las injurias porque todos cambiamos y dejamos de ser la misma persona; ni el ofensor ni el ofendido son el mismo.
Recomendar sobriedad al pobre es grotesco e insultante a la vez. Es como decir que coma poco al que se muere de hambre
No hay nada más terrible, insultante y deprimente que la banalidad.