El eterno castigo del Infierno quizás haya quebrado el más terrible extremo de la idea del eterno retorno en el mundo antiguo. Ahí se pone lo eterno del suplicio frente al eterno curso circular.
Representaos a un hombre cuyo cuerpo y alma estaban igualmente relajados por la voluptuosidad, y a quien amenazan los horrores de un suplicio cruelmente prolongado. Creí ya sentir los dolores de la tortura, y los cabellos se me erizaron; el estremecimiento del terror recorrió mis miembros; no obedecieron ya a mi voluntad, sino a súbitos impulsos convulsivos...