-Jamás se perdonará al cristianismo el abusar de la debilidad del moribundo para violentar su conciencia y tomar su actitud como pretexto para un juicio acerca del hombre y su pasado.
Pasión es una especie de fiebre en la mente, que nunca nos deja más débil de lo que nos encontró.
Cobarde es el hombre que humilla al débil y se humilla ante el poderoso. Pero si a ese hombre le eligieron los debiles, no solo es un cobarde, es un traidor.
Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga, ese débil chispazo de la hoguera del verano más breve que la memoria de una ola. Miremos la luz de la luciérnaga. A ella se ha reducido el mundo.