El ser humano es ciego para sus propios defectos. Jamás un villano del cine mudo se ha proclamado villano. Tampoco el idiota se denomina idiota. Los defectos existen dentro de nosotros, activos y militantes, pero inconfesos. Jamás he visto un individuo subir al escenario y anunciar, de rostro erguido: 'Señoras y señores, soy un canalla.
Yo muero extrañamente...No me mata la vida no me mata la muerte, no me mata el amor; Muero de un pensamiento mudo como una herida... ¿No habéis sentido nunca el extraño dolor?