Es simpleza o necedad llorar por lo que no se puede remediar. Dejemos llorar al que dolor tiene, que las lágrimas y suspiros muchos desenconan el corazón dolorido
Uno se da cuenta de que es desgraciado y miserable pobre y está ciego y desnudo, y con rostro de fantasma dolorido y amargado camina temblando por la pesadilla de la vida
No son nube ni flor los que enamoran, eres tú, corazón, triste o dichoso, ya del dolor y del placer el árbitro, quien seca el mar y hace habitar el polo
Pienso publicar a Bayoán y éste es un pretexto para acercarme a ella con el pensamiento; trato de crearme aquí una reputación y es el aplauso de ella el que busco. Seriamente, temo ponerme tan mal de espíritu como Hamlet, si no realizo ya este triste ideal.