La seducción es el mundo de la dinámica elemental. Todo esto ha cambiado de manera significativa para nosotros, al menos en apariencia. ¿Pero qué ha sucedido con el bien y el mal? La seducción lanza a ellos entre sí, y los une más allá del significado, en un paroxismo (repentino estallido de emoción) de intensidad y encanto.
Todos los buenos libros tienen en común que son más verdaderos que si hubieran sucedido realmente
Me he vuelto muy intolerante con las ideologías. Pertenezco a una generación de grandes sueños, de utopías de sociedades perfectas, y lo que ha ocurrido es que ha habido mucha sangre. He observado a gente de mi generación que tenía grandes esperanzas y ahora la veo muy rezagada respecto a sus expectativas. Ya no creo en esos sueños perfectos y maravillosos
Tan pronto crucé la línea me dije: esto no puede acabar bien. No me había ocurrido antes. Hay miedo. Es una masacre. Ya no vas a bodas, sino a funerales y estás en primera línea. Miras las necrológicas y mueren tus amigos. Terrorífico. Y la ilusión de que siempre ibas a ser más valiente, ya no la tienes.
Había nacido para ser feliz. Durante mi juventud nunca me había afligido la tristeza, y si en algún momento me sentía abatido, contemplar las maravillas de la naturaleza o estudiar lo que de sublime y excelente ha hecho el hombre siempre conseguía interesarme y animarme.
No estoy afligido porque estés muerto o porque aún estés vivo sino porque no puedes decidirte por ninguna de las dos opciones.
El desastroso historial de fracasos que ha tenido en África el mundo desarrollado horroriza y avergüenza a nuestra civilización.
El mundo de la humanidad tiene dos alas: una es la mujer y la otra es el hombre. Hasta que ambas alas no se hayan desarrollado igualmente, el pájaro no podrá volar. Hasta que el mundo de la mujer no llegue a ser igual al mundo del hombre en la adquisición de virtudes y perfecciones, no se podrá alcanzar el éxito y la prosperidad como debiera ser.