La máquina puede ser cualquier cosa, desde la policía de Los Angeles, que pueden sacar a la gente de sus coches, golpearlos fuertemente y salirse con la suya; la maquinaria del estado capitalista que trata de hacerte un lavado de cerebro para que te comportes de forma estúpida y nunca te enfrentes al sistema y solamente pienses en esperar el fin de semana para tener otro six pack de cerveza
No, no uso un iPod. Tampoco mis hijos. Mis hijos, en muchos aspectos, están tan malcriados como muchos otros niños, pero al menos en esto he lavado su cerebro: No uséis Google y no uséis un iPod.
Voy a tomar un baño antes de salir y me perfumaré con un perfume que es un secreto mío. Sólo digo una cosa de él: es agreste y un poco áspero, con una dulzura escondida. Él es.
Cuando me despierto, voy a tropezones hasta el cuarto de baño y bebo grandes tragos de agua del grifo hasta que no puedo beber más. Me quito mis ropas sudorosas y me derrumbo de nuevo sobre la cama, desnuda, y de alguna forma vuelvo a encontrar el sueño.
El rejuvenecimiento del espíritu no es un simple retorno a la misma figura; es una purificación y elaboración de sí mismo.
Si sabes que esos dolores -físicos o morales- son purificación y merecimiento, bendícelos