En ciencia hay que estar siempre atentos al hecho de que existen velos humanos que ocultan la oscuridad abismal de lo desconocido.
¡Pobre alma, hija de tantas miserias! Estás como calcinada por tantos y tan crueles sufrimientos físicos. Sin embargo, todavía te invade el flujo abismal de los misterios de Dios