Empezar desde cero, encendiendo el fuego que me pone a temblar. Comenzando de nuevo, convenciendo al tiempo que me deje suspirar. Uno a uno tus besos van brincando el cerco, y te quiero más y más.
Largamente, sin apuro, en la paz de la noche habitó en ella deteniéndose en el umbral de cada sensación, saludando al placer, tomando posesión al tiempo que se entregaba.