Un aristócrata no es más que un señor del que se conocen sus antecedentes y a pesar de ello es respetado.
Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere.
El hombre con todo su genio y todo su arte, no es más que un miserable imitador de algo más elevado.
Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo.